Hemos cruzado el primer punto de no retorno climático: el colapso silencioso de los arrecifes de coral

Escrito por Resist.es — octubre 13, 2025
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El planeta ya no “se acerca” a los límites del desastre: los ha superado. Y la primera víctima visible de este nuevo régimen climático son los arrecifes tropicales, soporte vital de un millón de especies y barrera natural para millones de personas.


LA PRIMERA HERIDA ABIERTA DEL PLANETA

Ya no hablamos de riesgo futuro. Hablamos de una realidad presente.
El Global Tipping Points Report 2025, elaborado por la Universidad de Exeter, confirma que el planeta ha superado el primer gran umbral ecológico: el de los arrecifes de coral. El documento advierte que el punto de inflexión de 1,2 °C de calentamiento global ya ha sido rebasado, con una temperatura media que ronda los 1,4 °C por encima de los niveles preindustriales.

El resultado es devastador: más del 84 % de los arrecifes del mundo sufren un blanqueamiento masivo desde 2023, el mayor registrado hasta ahora. Lo que antes era un indicio, hoy es una sentencia. Los arrecifes tropicales están muriendo, y con ellos desaparece el ecosistema que sostiene a casi un millón de especies marinas y da sustento a cientos de comunidades costeras.

El informe es claro: si no se reduce la temperatura global a 1,2 °C, e incluso a 1 °C, los arrecifes de aguas cálidas desaparecerán del planeta “a cualquier escala significativa”. Las consecuencias se extienden más allá del océano. Sin los corales, las costas pierden su escudo natural ante las tormentas, la pesca colapsa por falta de hábitats reproductivos y miles de empleos ligados al turismo quedan en el aire.

Steve Smith, investigador de Exeter y coautor del estudio, lo resume con una frase seca, casi resignada: “Ya no podemos hablar de puntos de inflexión como un riesgo futuro. Esta es nuestra nueva realidad.”


EL SIGUIENTE COLAPSO YA TIENE NOMBRE

El climatólogo Bill McGuire fue más contundente: “No reduciremos las temperaturas a 1,2 °C pronto. Este es el toque de difuntos para la mayoría de las comunidades coralinas del mundo.”
Y añade una advertencia: “Otros puntos de inflexión vendrán después.”

El informe enumera los siguientes en la lista:

  • La degradación masiva de la Amazonia, que amenaza con acelerar la pérdida de biodiversidad y romper los ciclos globales de regulación climática.
  • El deshielo de los glaciares de montaña, desde los Andes hasta Alaska, símbolo tangible del colapso térmico.
  • El posible colapso de la Circulación Meridional del Atlántico (AMOC), la corriente que modera el clima del hemisferio norte y cuyo debilitamiento ya es visible.

Todo esto podría acelerarse cuando el planeta supere los 1,5 °C, algo que, según las proyecciones del propio Exeter, ocurrirá en torno a 2030.

El problema no es ya técnico, sino político. Sabemos qué hacer, pero no quién se atreverá a hacerlo. Manjana Milkoreit, coautora del informe y politóloga de la Universidad de Oslo, lo plantea sin rodeos: “Tenemos el conocimiento para evitar que la Tierra alcance más puntos de no retorno. Lo que falta es una gobernanza que esté a la altura del desafío.”


ENTRE EL ABISMO Y LA ESPERANZA

No todo son señales de derrota. El informe también identifica lo que llama “puntos de inflexión positivos”, transformaciones autoaceleradas que podrían revertir la crisis si se activan a tiempo. Entre ellas, la expansión de la energía solar y los vehículos eléctricos, la agricultura regenerativa y la presión judicial y social contra los combustibles fósiles.

Las cifras son reveladoras: cada vez que la capacidad solar instalada se duplica, el precio de los paneles cae un 25 %. Las baterías se abaratan a la misma velocidad. La transición es posible, pero necesita decisión política y ruptura con el poder fósil.

Mientras tanto, Estados Unidos —bajo la administración Trump— va en sentido contrario: 625 millones de dólares para el carbón y nuevos peajes contra la eólica y la solar. La paradoja es obscena: mientras el planeta arde, el país con más responsabilidad histórica en el calentamiento global financia su aceleración.

A menos de un mes de la COP30 en Belém (Brasil), el mensaje del informe no deja lugar a dudas: o se impulsa un cambio global en la próxima década, o el planeta entrará en una dinámica irreversible.

Mike Barrett, científico jefe del World Wide Fund for Nature, lo expresó con la gravedad que exige el momento: “Los gobiernos deben tener la valentía política de actuar. No hay tiempo para otro informe. No hay margen para otra cumbre vacía.”

Porque el coral no volverá. Y con él, tampoco la estabilidad climática que conocíamos.

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